Barreto llegó al museo en 2010, era empleada municipal y pidió el traslado hacia el mismo porque estaba relacionado con el arte y educación, ya que es docente. Estaba en la parte administrativa, pensaba y organizaba muestras contando historias del pueblo. Allí hay muñecas de todos los tamaños, vestidos de comunión, planchas antiguas, historias de familias a través de fotos que dentro del patrimonio forman parte de una de las piezas más sensibles. Como pieza principal está la tapa del sótano donde estuvo secuestrado Abel Ayerza, es de 1930. Porque no debería estar cerrado La ex encargada, dio su visión sobre porqué volver a reactivarlo: "Ningún museo debería estar cerrado, deberían ser parte de la comunidad como cualquier institución. Allí se preserva el patrimonio de todos los pueblos. No es mirar hacia atrás como algo muerto, es mirar hacia atrás para nutrirte. El pasado siempre está vivo si te sirvió para crecer". La experiencia de los asistentes Además, contó cuál era la sensación de los visitantes: "A los chicos de las escuelas les encantaba ir, las maestras les hacían realizar tareas y llegaban con las mismas hechas. Los niños estaban muy contentos. A los chicos hay que contarles las historias de sus ancestros, tienen que ver cómo se vivía". No se pone foco allí Por último, opinó sobre la no importancia que se le da actualmente: "Dentro de la municipalidad, no ponen foco en el museo porque no hay alguien dentro del grupo que lo active. Como no hay alguien que se ocupe, la gente joven no tiene empatía con el museo". "Lo importante sería que pusieran a alguien formado, como mínimo docente para que pueda entender bien, con proyectos a los niños y a las escuelas para hacerles propuestas", sintetizó Barreto.