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Marcos Juárez

Escuela Alberdi cumple 125 años: “La escuela es una familia, trabajamos desde ese lugar”

Una de las frases que se repite entre docentes y alumnos es: “Tenemos corazón verde”. No es un eslogan ni una consigna vacía. Es una forma de nombrar una identidad colectiva profundamente arraigada.

17-04-2025

Hay instituciones que trascienden lo académico. Lugares que se vuelven refugio, hogar, historia viva.

La Escuela Juan Bautista Alberdi, ubicada en el corazón del barrio Villa Argentina de Marcos Juárez, es uno de esos espacios. Y este 2024 no es un año cualquiera: cumple 125 años de vida educativa, social y comunitaria.

En diálogo con Ethel Cardozo y Carla Sobrá, integrantes del equipo directivo y docente de la institución, se nota algo más que planificación o logística para un evento importante. Se respira emoción. Una emoción genuina, contagiosa, que atraviesa generaciones.

El acto central de los 125 años será el lunes 28 de abril, a las 9:30 hs, en el SUM de la escuela. Se espera la participación de toda la comunidad educativa: estudiantes, familias, exalumnos, docentes, exdocentes y autoridades.“Estamos en la recta final del festejo, organizando todo el acto protocolar... toda la comunidad está invitada”, compartió Ethel, con la voz vibrando de entusiasmo.

Además del acto oficial, habrá un componente artístico muy especial: cada grado participa con una presentación, habrá canciones y sorpresas. Uno de los momentos más esperados será la presentación del coro escolar, acompañado por docentes jubiladas que regresan a aportar su música y su cariño.

“Van a venir muchas seños jubiladas. Algunas van a acompañar tocando instrumentos... es muy lindo, porque no perdieron el vínculo con la escuela”, agregó.

Más allá de los ensayos y la organización del acto, también hay una transformación física en marcha. Desde hace semanas, la escuela vive un proceso de puesta en valor de sus instalaciones. “Desde las 6 de la mañana están poniendo el portón principal, que era lo único que quedaba. Se está refaccionando todo, pintando... La escuela se está vistiendo de fiesta”, detalló Ethel.

Y no se trata solo de estética. Cada mejora tiene un trasfondo simbólico: mostrar a la comunidad que la escuela está viva, que crece, que se transforma.

“Estamos muy presentes en redes, compartimos todo lo que vamos haciendo. Porque queremos que se vea que cada granito de arena cuenta”, explicaron.

Una de las frases que se repite entre docentes y alumnos es: “Tenemos corazón verde”. No es un eslogan ni una consigna vacía. Es una forma de nombrar una identidad colectiva profundamente arraigada.

“La escuela es una familia. Trabajamos desde ese lugar. Todo lo que hacemos lo hacemos con amor y con compromiso con cada niño y cada familia”, señaló Carla.

Ese sentido de familia se nota también en cómo se vive el aniversario. Las emociones desbordan. En cada recreo, en cada ensayo, en cada rincón de la escuela, se respira esa mezcla de nostalgia y alegría que solo aparece cuando el presente se conecta con una historia profunda. “Queremos que quienes nos visiten se lleven lo mejor. Que vean todo el trabajo que hay detrás, las ganas, la emoción con la que vivimos este momento”, dijo Carla.

Una propuesta educativa que abraza la innovación sin perder sus raíces

Actualmente, la escuela cuenta con 24 docentes y 194 estudiantes. La propuesta pedagógica es diversa e incluye áreas como inglés, robótica, literatura, folclore, educación física, TICs y jornada extendida.

Además, trabajan con programas como el PIE (Proyecto de Integración Educativa), que permite a alumnos de otras escuelas sumarse a experiencias concretas de aprendizaje. “Nuestro proyecto va a seguir convocando a los quintos grados de todo Marcos Juárez. Este año vamos a trabajar atletismo y geometría”, explicó Ethel.

También están acompañados por las CLE (Clases de apoyo escolar municipal), que fortalecen la inclusión y el acompañamiento de estudiantes con dificultades de aprendizaje.

Esta amplitud de propuestas demuestra que, pese a su larga historia, la Alberdi no se queda en el pasado. Está en constante movimiento, reinventándose, sin perder su esencia.

“Estamos llenas de emociones que nos atraviesan. La escuela nos da muchísimo”, expresó Carla.

“Queremos que cada niño, con su historia, encuentre en esta escuela un lugar feliz, donde pueda aprender, ser respetado, escuchado. Donde haya buen trato”, cerró Ethel, visiblemente conmovida.

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